Los anticuerpos monoclonales son inmunoglobulinas diseñadas para interactuar de forma específica con el epítopo específico de un antígeno. Esta especificidad permite una interacción dirigida contra blancos terapéuticos previamente identificados. Su uso en la actualidad es cada vez más frecuente, con aplicaciones en investigación, diagnóstico y tratamiento de enfermedades. Desde el punto de vista terapéutico, su administración ha demostrado ser efectiva en el tratamiento de enfermedades inflamatorias, cánceres de distinto tipo e inmunoterapia.