Trabajo final para obtención de título: Licenciatura en Enfermería

El Síndrome de Burnout se refiere a estar quemado, estar desgastado. Introducido por Herbert Freudenberger a mediados de los años setenta para dar una explicación a los procesos negativos que sufren los profesionales en su actuar diario, que se traduce en el deterioro en la labor profesional a los sujetos de atención con quienes tienen un trato continuo. Los sujetos afectados por este síndrome presentan progresiva pérdida de energía, desmotivación por el trabajo, desilusión, irritabilidad, sentimientos de frustración, se enfadan y desarrollan actitudes suspicaces. Se vuelven rígidos, tercos e inflexibles. Al mismo tiempo, aparecen síntomas de origen psicosomáticos, tales como mayor cansancio, dificultades respiratorias, problemas gastrointestinales, musculares. A este conjunto de signos y síntomas de carácter actitudinal, conductual y psicosomático se lo entiende como consecuencia del Síndrome de Burnout.
La enfermería es una de las profesiones consideradas como predisponente a padecer Síndrome de Burnout. Esto en razón a las particularidades que les son propias: el cuidado a personas sanas o enfermas. Cuidado que demanda, contacto directo no sólo con la persona (sujeto de cuidado) sino también con la familia, sus emociones y actitudes circunstanciales: el dolor, la angustia, la vida, la muerte, entre otros. Por lo expuesto, cabe el siguiente interrogante:
¿Las enfermeras del servicio de quirófano de una institución de salud de gestión privada presentan Síndrome de Burnout?
Para dar respuesta a este interrogante se planteó el siguiente objetivo: -Determinar la presencia del Síndrome de Burnout en las enfermeras que ejercen su profesión en un servicio de quirófano de una institución de salud de gestión privada de la ciudad de Posadas, Misiones, desde las dimensiones de agotamiento emocional, despersonalización y realización personal.
Para abordar la presente investigación, se tomó la definición explicitada por Maslach y Jackson (1981). En este marco, la variable en estudio: Síndrome de Burnout, se considera
pertinente abordarla desde este enfoque tridimensional: agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal. Para operacionalizar el Síndrome de Burnout, se tomó el cuestionario autoadministrado de Maslach y Jackson denominado Maslach Burnout Inventario (MBI), validado en la población española por Seis dedos en 1997.
Sobre la base de los datos recolectados, a través del Test MBI, se encontró únicamente, una enfermera con Síndrome de Burnout con los siguientes valores: “Agotamiento Emocional Alto con una puntuación de 47, Alta Despersonalización con 15 puntos y Baja Realización Personal con 26 puntos” (E2: 2016). Tal como lo señala Edelwich y Brodsky (en Bosqued, 2008) las personas pueden padecer Síndrome de Burnout, en un proceso de cuatro fases evolutivas: entusiasmo, estancamiento, frustración y apatía. En el caso presentado, esta enfermera se encuentra en la última fase, comenzando con el desencadenamiento del Burnout.
El Síndrome de Burnout puede presentarse en diferentes profesionaesl, en particular nuestro interés se centró en la presencia de este Síndrome en enfermeras que trabajan en el servicio de quirófano de una Institución de Salud de gestión privada. Motivados por el nivel de ausentismos y licencias que ocurrían en el mes de diciembre de 2016.
Para ello, se ha tomado como referentes teóricos las definiciones y los instrumentos utilizados por Maslach y Jackson, en particular el test MBI. Entre los resultados hemos encontrado que, sólo una encuesta arrojó puntuaciones conducentes a los valores establecidos por el test, correspondiéndose con la presencia del Síndrome de
Burnout. Mientras que, dos encuestas, reflejan puntuaciones que permitirían inferir un grado medio de Síndrome de Burnout, esto no es concluyente, ya que una de las dimensiones no se condice con el resultado para validar esta conjetura. Los demás valores condujeron a realizar diferentes suposiciones no concluyentes, a saber: tres encuestas han tenido puntuaciones altas en las tres dimensiones, sin embargo para ser Burnout debería haber estado baja en la dimensión realización personal. Por otra parte, cuatro encuestas, han resultado en agotamiento emocional con puntuación baja y en realización personal con puntuación alta. Ambas, coincidentes con valores que se corresponden a una persona que no presenta Síndrome de Burnout. Sin embargo, no permite aseverar esta afirmación, ya que los valores de la despersonalización han sido medios. Por último, cinco encuestas presentaron valores diferentes en todas sus dimensiones. No permitiendo realizar inferencias o conjeturas sobre las mismas.
A modo de cierre, consideramos que el test de MBI no permite inferir la presencia o ausencia del Síndrome de Burnout en la población estudiada.